CHIMICHAGUA: TIERRA DE
MITOS Y LEYENDAS
Sólo basta con
pronunciar la palabra Chimichagua para que a la memoria lleguen los aires de la
tambora y nos invada el encanto y la belleza natural de sus gentes, paisajes,
costumbres y creaciones. Sus ciénagas inmensas donde caben cielos y cielos; las
piraguas llenas de lunas y pescas de siempre; las manos prodigiosas que traman
el tiempo y el arco iris en coloridas esteras; el canto del gallo tuerto en las
madrugadas decembrinas; la delicias de un bocachico fresco de la ciénaga, asado
en hojas de plátano; el sonido alegre de tamboras y millos anunciando la danza
de cumbiamberas, todas ellas imágenes presentes de una tierra que pareciera
tener sembrado el gen de la belleza.
TARDE DE FOLCLOR EN CHIMICHAGUA.
NOS CUENTAN
QUE…un día
la palabra Chimichagua calló y en su remplazó tronó la sentencia de un mítico
personaje, que por entones reapareció como venido del más allá. “El Enviado” estuvo
de vuelta por esas tierras y esto dijo a su paso:
“Entrada la noche, el cielo se apagará y el olvido cundirá. Una
oscura realidad borrará todos los buenos recuerdos. Sólo un ojo nuevo un
corazón alegre, una boca limpia, una antigua siembra y unas manos fuertes harán
renacer la verdad. De nuevo, la luz brillará y las ciénagas su belleza
reflejarán”
Desde ese día nadie pudo dormir tranquilo, pues “El Enviado” iba
de pueblo en pueblo, vaticinando eventos que poco a poco se iban cumpliendo, lo
que le dio la fama de acertado.
La
gente empezó a tener pesadillas. Cuentan que en sus sueños vieron cómo la
belleza ancestral de su pueblo se rompía en mil pedazos. Sólo veían imágenes
fantasmagóricas: las ciénagas sucias y sin peces; las calles inundadas, otras llenas
de huecos, charcos y basuras por doquier; las viviendas descuidadas, la Casa de
Mercado abandonada; el Centro de Acopio en ruinas; la Planta de Sacrificio en
estado lamentable; la Estación de Gas olvidada; los parques destartalados; el
Pozo del Higuerón casi seco; el Museo Casa de los Abuelos olvidado y el
cementerio deteriorado. Cuentan que soñaron tantas cosas negativas que hasta
los buenos recuerdos desaparecieron de sus mentes
Las noticias volaron a otras tierras y al pueblo fueron llegando
brujos, rezanderos, exorcistas, pastores, magos, hechiceros y hasta políticos,
todos intentando conjurar el efecto de la fatídica sentencia de aquel extraño
personaje, pero ninguno tuvo éxito.
Cuando la suerte parecía estar echada, un viejo pesquero llamado
Filemón, descendiente de Guillermo Cubillos, halló una luz en medio de esta
oscura realidad. Don Filemón decidió convocar a un grupo de amigos llamado “El
Equipo Gestor de Autonomía Alimentaria”, conformado en los talleres de
Recuperación de Memoria Alimentaria, realizados por aquel entonces en el
municipio.
Después de largas jornadas de tinto y conversa, el Equipo Gestor
logró descifrar las poderosas palabras de la sentencia: La pereza, el descuido
y la indiferencia de algunos, habían logrado incubar la “peste del olvido”, y
ésta se estaba propagando y provocando tormentosos sueños. La solución estaba
contenida en el mismo acertijo. Traer al presente los buenos recuerdos podría
devolverles su memoria original.
“…Sólo un ojo nuevo, un corazón alegre, una boca
limpia, una antigua siembra y unas manos fuertes, harán renacer la verdad. De
nuevo, la luz brillará y las ciénagas su belleza reflejarán”.
El Festival
de Danzas Cultura de Nuestro Pueblo
El Festival de Danzas y Tamboras de Chmichagua, reconocido como Patrimonio
Cultural del Cesar, es la cuna de esta manifestación folclórica y cada año se
encuentran a niños, jóvenes y adultos que se entregan en alma, vida y corazón,
para representar a su departamento y demostrar que todavía se tiene mucho amor
por este bello arte.
Durante tres días Chimichagua se viste y se engalana, en un escenario donde diversas manifestaciones folclóricas se
volverán a dar cita para que danzada y bailadas, se paseen al ritmo de una
tambora y de voces jóvenes y veteranas y así continuar escribiendo su historia.
Elaborado por: Yalexis Sánchez.
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