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Amaneciendo en Chimichagua |
Economía
En este
sitio pastan cerca de 170.000 cabezas de ganado. Gran parte de la población de
la zona vive en condiciones pobreza, dedicada a actividades extractivas de
subsistencia como la pesca artesanal, la caza de fauna silvestre, así como la
recolección de leña y fibras vegetales.
Al igual que en el
resto de Colombia, el incremento de la población en la subregión de Zapatosa ha
sido acelerado. En las últimas siete décadas, El Banco ha sido el municipio con
la mayor población de la subregión, seguido por Chimichagua. Por el contrario
Tamalameque, puerto de importancia en el período colonial, se mantuvo con la
población más reducida.
Este crecimiento de
la población en la ecorregión de la ciénaga de Zapatosa viene afectando su
equilibrio ambiental, pues la presión sobre los recursos naturales se ha
incrementado más de tres veces en el período analizado. Ahora las ciénagas, los
playones y las áreas de cultivo no sólo deben dar sustento a la población de la
subregión, sino además deben generar un excedente para comercializar en el mercado
de la región Caribe. De la misma forma, se debe dar respuesta a la mayor
demanda por servicios públicos.
Actividades económicas
La economía de los
municipios que conforman la ciénaga de Zapatosa gira entorno a la pesca,
agricultura, ganadería, comercio y servicios. En efecto, según el
Censo General de
2005, las actividades de comercio y servicios concentran cerca del 80% de las
unidades económicas de los cinco municipios de la eco región de Zapatosa. Por
su parte, las actividades ganaderas y pesqueras ejercen gran presión sobre el
ecosistema de humedales de la depresión Momposina.
Producción pesquera
El fenómeno de la sobreexplotación
pesquera es evidente en toda la cuenca del Magdalena desde hace varias décadas.
En 1973 las capturas fueron del orden de las 79 mil toneladas, en 1980 habían
bajado a 65 mil y en 2006 se habían reducido a seis mil, cuando en condiciones
normales las capturas podrían alcanzar unas 20.000 toneladas29. También se redujeron
las tallas mínimas de captura (TMC): el bagre rayado pasó de 68,3 cm en 1989 a
60,4 cm en 2005, mientras la TMC del bocachico bajó de 38 cm. en 1973 a 27 cm.
en 200530.
Hace unas décadas,
antes de que se introdujera el concepto de frío en la pesca (la fresquera), los
pescados que no se vendían de inmediato, para su conservación había que
prepararlos con seco-salado. Al poderse congelar el pescado, aumentó la presión
sobre el recurso íctico no sólo en la ciénaga de Zapatosa, sino en toda la
cuenca del Magdalena
Realizado por: Ximena Felizzola Cano
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